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Como yo lo siento, así lo mido

Medir una experiencia. Un desafío que se presenta en un mundo que viene de muchísimos años midiendo datos, resultados, hechos (pasados y objetivos), pero poco referidos al contexto.
Sin embargo, una experiencia se crea haciendo referencia a una historia personal (subjetiva) que continua en un futuro. Por eso, una experiencia se mide en una historia, donde los datos y los resultados que van quedando son parte, pero no son LA historia.
Así, como argentino (que disfruta de la cultura criolla) no puedo dejar de hacer referencia al mundo de la milonga, los payadores, donde la historia y el relato son parte del pasado, pero que hacen identidad y crean futuro. Muy similar a lo que sucede cuando estamos trabajando con servicios (y experiencias).
Entre las milongas que más me gustan esta "Como yo lo siento" del uruguayo Osiris Rodriguez Castillo. Siempre me impactó como supo rescatar el contraste de dos miradas de un mismo lugar, el campo. Algo similar ocurre con la mirada de las empresas y las personas que "vivimos" sus productos o servicios. Vemos lo mismo pero totalmente diferente y, por ende, lo medimos totalmente diferente.

No digo que hay que descartar los datos y números que se obtienen al momento de utilizar un producto o experimentar un servicio. Sino que, si no se considera el todo como una historia, los datos pierden su verdadero sentido.

Es por eso que me tomé el atrevimiento de modificar la letra para transmitir mis ideas a través de un relato, donde justamente seguramente se me comprenda mucho más lo que intento comunicar:

No venga a poner sus números
en lo único que es mío
con algoritmos de su empresa
porque no es lo que hago lo que es mío
sino lo que aprendo en mi experiencia.
Yo soy persona además de "usuario" y "cliente"
Que me fijo en detalles que no tenés en cuenta
y no vas a creer si te digo
que hace tiempo no me comprendes.
Debajo de tus silos ciegos
suelo sufrir en silencio
si habré perdido mi paciencia en tu sistema
pa´intimar y conocerlo.
No te diferencias en nada,
y no me queda otra que ser tu compañero.
Para que medir lo que suma,
si no se entiende lo que resta.
Tal vez parece una pavada mi llamado a consultar mi duda,
pero me llenó de recuerdos
lo que aparenta una sola transacción.
Mi experiencia conserva silencios
que sólo se miden con una relación más cercana
de diálogo y confianza.
Porque no es sólo lo que transacciono,
sino lo que yo tengo para decirte en persona.
Tus millones de datos sueltos no tienen sentido
Si no sabes acompañar mis "porqué" hago lo que hago.
Santiago Trevisán